La fiebre: ¿amiga o enemiga?
La fiebre es una elevación de la temperatura corporal por encima de la variación diaria normal. Un recién nacido de término al momento de llevarlo a nuestro hogar (aclaro esto porque al momento de nacer puede perder mucho calor y variar su temperatura) ya tiene la temperatura que tenemos todas las personas. El rango va de 36°C a 37 – 37,5°C (de acuerdo al momento del día en que la tomemos)
La temperatura corporal central sigue un ritmo circadiano, con un pico máximo vespertino entre las 16.00 – 20.00 horas y un mínimo entre las 2.00 y las 4.00 de la madrugada, siendo la amplitud de esta variación de unos 0,6 – 1 ºC. En las mujeres la temperatura aumenta medio grado en la segunda parte del ciclo menstrual, después de la ovulación. Es por esto que muchas veces registramos un aumento de temperatura a la tarde.
La fiebre es importante porque es parte de las defensas que tiene el organismo contra las infecciones. El aumento de la temperatura corporal hace más difícil la supervivencia de infecciones virales y bacterianas en nuestro cuerpo activando nuestro sistema inmunitario (de defensas).
Cuando tenemos fiebre, en nuestro organismo se registran una serie de cambios:
– Cardiovascular (corazón):
Taquicardia: 10 a 15 latidos por encima de lo normal por cada grado de elevación térmica.
– Respiratorio:
Aumento de la frecuencia respiratoria (taquipnea) y de la profundidad (batispnea). El aumento de la actividad respiratoria sirve para eliminar parte del calor y es estimulada por el aumento de temperatura de la sangre que riega el centro respiratorio.
– Neurológicos:
Cefalea principalmente (dolor de cabeza). La cefalea febril suele ser pulsátil al comienzo de la reacción térmica; luego se transforma en un dolor sordo de intensidad variable. Suele ser generalizada y percibirse predominantemente en las zonas frontotemporal (frente), occipital o suboccipital (nuca). Se agrava con los movimientos corporales.
Insomnio, estupor, excitación, delirio y convulsiones por disfunción neuronal, si la fiebre es muy alta, sobre todo en los niños. Es necesario aclarar que no todos los niños con fiebre alta van a convulsivar: es necesario contar con la predisposición para hacerlo. La pérdida de conciencia es casi constante a partir de los 42ºC y la supervivencia excepcional a partir de los 43ºC.
– Osteomusculares:
Artralgias (dolor en las articulaciones) y mialgias (dolor en los músculos).
– Digestivos:
Anorexia (falta de apetito), dispepsia (malestar estomacal), trastornos en la motilidad intestinal (constipación), sed, boca seca, lengua saburral.
– Renales:
oliguria, e hiperconcentración; orina escasa y concentrada, muy coloreada y con olor fuerte.
¿Cómo manejamos la fiebre en casa antes de llegar a la consulta médica?
Antes que nada, debo aclarar que los médicos pediatras NO NECESITAMOS VER AL NIÑO CON FIEBRE EN EL CONSULTORIO PARA PODER LLEGAR A UN DIAGNÓSTICO. Confiamos plenamente en ustedes, por lo que sólo basta que nos cuenten a qué valor de temperatura llegó el niño. Si constatan fiebre, por favor tomen las medidas necesarias para que el niño esté más confortable:
Manejo de la fiebre con medios físicos:
Mantenga una temperatura ambiente confortable y una suave circulación de aire.
Desvista al niño o déjelo con ropa muy ligera.
Puede estar acostado en su cama o en brazos.
Si lo baña, no es necesario que lo sumerja en agua fría: utilice el agua a la temperatura habitual y con un vaso va tirándole el agua sobre el cuerpo: esto hace que por convección el niño pierda temperatura. Este procedimiento es más útil luego de la administración de medicamentos antifebriles.
Manejo farmacológico de la fiebre:
La tres drogas más usadas usualmente en pediatría son el paracetamol, el ibuprofeno, la dipirona y sus combinaciones.
Paracetamol:
La dosis recomendada cuando lo usamos en gotas es de 2 gotas por cada kilo de peso del niño cada 8 horas. Logra la máxima reducción de la tempertatura a las 2 horas de la ingesta aproximadamente.
Ibuprofeno:
La dosis recomendada para el ibuprofeno al 2% es: los mililitros que equivalen a la mitad del peso del niño cada 8 horas. (peso/2: si un niño pesa 8 kg de peso, debemos dar 4 ml de ibuprofeno al 2%)
Para el ibuprofeno al 4%: los mililitros que equivalen al cuarto de peso del niño cada 8 horas: (peso/4: si un niño pesa 8 kg de peso, debemos dar 2 ml de ibuprofeno al 4%).
Logra el pico de máxima reducción de temperatura dentro de las 3 horas de la ingesta.
Dipirona:
La dosis recomendada es: los mililitros que equivalen al cuarto de peso del niño cada 8 horas: (peso/4: si un niño pesa 8 kg de peso, debemos dar 2 ml de dipirona).
El tiempo de respuesta inicial luego de su administración oral en fiebre es 30 min –1 hora.
Consulte siempre con su pediatra de cabecera cuál es el antitérmico que él prefiere indicarle y utilice ese medicamento.
Para concluir, podemos decir que la fiebre es nuestra amiga dado que nos anuncia que algo está sucediendo dentro de nuestro organismo y que tenemos que estar alertas…
Y recordá, la salud de tus chicos comienza en vos.