¿Cuándo debemos cambiar de pecho al amamantar?
Durante los primeros días de vida, el único motivo para cambiar al bebé de lado o alternar el pecho que se le ofrece, es dar descanso a los pezones y evitar su lesión. Una vez que se produce la bajada de la leche, los tiempos de mamada se acortan gradualmente en la medida que la leche tiene mayor concentración grasa y valor calórico.
La leche de transición (la que sigue al calostro) tiene escasa cantidad de grasa por lo que no es extraño que el niño complete su mamada de un solo lado y no quiera el otro pecho. En ese caso, la mamá tiene dos opciones: si esta situación no le molesta, puede darle de mamar un pecho en cada toma. Si en cambio se siente incómoda puede pasar ella al niño antes que termine de mamar. No es conveniente pasarlo justo en la mitad de la mamada ya que la mejor leche es la del final. Si el niño completa su mamada en 40 minutos, un esquema de 25 y 15 minutos en cada lado, es mejor que dos períodos iguales de 20 minutos.
Cuando la lactancia está bien establecida la secreción láctea va aumentando su contenido graso a medida que transcurre la mamada. Luego de los 10-15 minutos aproximadamente, el aumento del tenor graso provoca cierto rechazo de parte del bebé, que deja el pecho y esa es la señal para pasarlo al otro lado. Cuando comienza a mamar del segundo pecho, el bebé recibe leche con menos contenido graso, luego sucede lo mismo que mencioné, pero cuando llega la secreción con mayor cantidad de grasa de este lado, el bebé ya ha mamado lo suficiente y queda satisfecho. Esta segunda mamada en general es más corta que la primera por lo que conviene comenzar la próxima por este lado.
Es por este mecanismo que conviene esperar que el bebé deje espontáneamente el pecho y no ponerle tiempos rígidos. Así aprovechará la leche más nutritiva que es la del final de la mamada en cada pecho.