¿Qué hay que saber de las otitis?
Las otitis son procesos infecciosos inflamatorios que afectan al oído. Pueden ser otitis externas, cuando está comprometido el conducto auditivo externo y otitis media cuando se compromete el oído medio: lo que está detrás de la membrana timpánica y contiene los huesecillos del oído.
El origen de este proceso puede ser viral o bacteriano y realmente descubrirlo por lo que vemos a través del otoscopio es bastante difícil: esto significa que cuando los médicos vemos con el aparato la membrana timpánica no podemos distinguir si es viral o bacteriano. Un elemento que estamos usando mucho es la otoscopía neumática: conectamos al otoscopio un pera de goma por la que insuflamos aire dentro del conducto auditivo externo: con esto valoramos la movilidad de la membrana timpánica y nos ayuda a diferenciar una otitis infecciosa de una otitis media con efusión (sólo con moco en su interior) El aire que insuflamos no aumenta el dolor.
Los síntomas son:
Otitis externa: dolor a la movilización del conducto auditivo externo y a veces con secreción blanquecina que drena por el conducto.
Otitis media aguda: podemos encontrar dolor de oído (otalgia), pérdida de la audición y secreción blanquecina que drena por el conducto (otorrea) siendo éstos los signos y síntomas específicos de la misma; y los inespecíficos son la fiebre, irritabilidad, interrupción del sueño, vómitos, pérdida de apetito y cansancio. Es muy característico de la otalgia del lactante el despertar brusco y el llanto desconsolado varias horas después de un sueño profundo o la irritabilidad diurna injustificada y prolongada. La otalgia y la otorrea son los síntomas más útiles para el diagnóstico, apareciendo el dolor en un 70% de los casos. La otorrea es el resultado de la perforación espontánea de la membrana timpánica y cuando esto ocurre desaparece el dolor.
Tratamiento: Actualmente existe una tendencia a esperar la evolución de las otitis unas 48 horas antes de decidir medicación antibiótica usando sólo analgésicos y antiinflamatorios (ibuprofeno, paracetamol). El antibiótico de primera elección es la amoxicilina.