Abuso sexual infantil.
El abuso sexual de los niños es más común de lo que las personas creen. Cerca de un 23% de las niñas y un 15% de los niños son víctimas de abusos.
El educarnos sobre el abuso sexual, puede ayudar a prevenir a que esto nos pase y saber cómo reaccionar.
El abuso sexual es cuando un adulto o un niño mayor obliga a un niño menor al contacto sexual. El abusador puede usar fuerza física, soborno, intimidación, trucos o aprovechar la falta de conocimiento del niño.
Existen tres situaciones a diferenciar:
a. Abuso sexual por un extraño: implica, en general, el uso de la fuerza física y suele ser denunciado por la familia del niño. El niño suele pedir inmediatamente auxilio a sus protectores y éstos, a su vez, pueden recurrir a un organismo competente.
b. Abuso sexual extrafamiliar por alguien emocionalmente significativo para el niño. Generalmente no existe fuerza física, predomina la seducción, la intimidación y suele mantenerse en secreto; pero una vez conocido por los adultos responsables, acuden a la consulta.
En 8 de cada 10 casos reportados el niño conoce a la persona.
c. Abuso sexual intrafamiliar. Esta es la forma más frecuente, la de más difícil diagnóstico y trata- miento, dado que el abuso es mantenido en secreto por el grupo familiar.
Aunque no existe un perfil exacto del “trasgresor manifiesto”, los estudios estadísticos arrojan los siguientes datos:
1. En más del 90% de los casos se trata de varones.
2. En el 70% de los casos superan los 35 años de edad.
3. Puede tratarse de profesionales cualificados.
4. Con frecuencia buscan trabajos o actividades que les permitan estar cerca de los niños.
5. Su nivel social puede ser medio o medio-alto.
6. En el 75% de los casos no tienen antecedentes penales.
7. Su nivel de reincidencia es altísimo, aun después de ser descubiertos y condenados.
8. No suelen ser conflictivos en la cárcel y muestran buen comportamiento.
9. No reconocen los hechos ni asumen su responsabilidad.
10. Normalmente tienen una familia a su cargo y, con frecuencia, hijos pequeños.
11. En más del 30% de los casos se trata del padre, el tío o el abuelo de la víctima.
Cualquiera de los siguientes actos de un adulto o un niño mayor se consideran abusos sexuales:
• Acariciar los genitales de un niño
• Convencer a un niño que le acaricie los genitales
• El contacto con los genitales de un niño con la boca
• Tocar al niño con los genitales
• Penetrar la vagina o el ano de un niño
• Enseñarle los genitales a un niño
• Enseñarle pornografía a un niño
• Utilizar a un niño como modelo para hacer la pornografía
Muchos padres suponen que sus niños les dirán a ellos o a otro adulto de confianza si alguien le está abusando sexualmente. Los abusadores frecuentemente intimidan o convencen al niño para que no diga nada. El niño puede creer que el abuso sexual es su culpa y que le castigarán si alguien descubre lo que está pasando. Las primeras declaraciones de abuso de un niño pueden ser incompletas o vagas. El niño puede aludir al problema para ver si recibirá un castigo. Los niños abusados pueden decirle a un amigo. Luego, el amigo le puede decir a un adulto.
El comportamiento del niño puede causar que los padres sospechen un abuso. Siempre esté pendiente de los siguientes cambios de comportamiento de su niño, los cuales pueden ser síntomas del abuso sexual:
• Un temor reciente y obvio de una persona (hasta un padre) o de ciertos lugares
• Una reacción no normal ni anticipada cuando se le pregunte si alguien lo ha tocado
• Dibujos que muestran actos sexuales
• Una conciencia repentina de los órganos genitales
• Actos y palabras sexuales compartidas con otros niños o animales
• Preguntas sobre la actividad sexual que no son apropiadas para su edad
• Cambios en los hábitos de dormir, tal como pesadillas en los niños pequeños (no exclusivo de este cuadro)
• Estreñimiento o el negarse a evacuar (no exclusivo de este cuadro)
• Cambios de comportamiento repentinos, tal como el orinarse en la cama o una pérdida del control de las evacuaciones (no exclusivo de este cuadro)
Los niños tienden a ignorar las cosas que los hace sentir incómodos, en vez de reconocerlas como advertencias. Si su niño habla sobre el abuso, escuche atentamente y tome el asunto en serio. Cuando se le ignora, no le creen o castiga la petición de ayuda del niño, es posible que no se arriesgue a decirle otra vez. Como resultado, el niño puede ser una víctima de abuso durante meses o años. Explíquele a su niño que es aceptable hablar sobre los sentimientos incómodos.
Los padres no deben de intentar parar ni tratar el abuso sexual por sí mismos.
Si sospecha algún abuso, siempre busque ayuda. Consulte con su pediatra de cabecera y siga los pasos necesarios para realizar la denuncia.
Los profesionales de la salud estamos obligados a denunciar. Según la ley, la sospecha seria o fundada es motivo suficiente para denunciar.
Bibliografía:
– Qué hacer cuando se sospecha que un niño es abusado sexualmente. Comité de Salud Mental de la Sociedad Argentina de Pediatría. Grupo de Trabajo sobre Violencia Familiar. Arch Argent Pediatr 2007; 105(4):357-367.
– El abuso sexual infantil: Qué es y cómo prevenirlo. Prevent Child Abuse America.