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Cómo lograr un crecimiento sano e integral de nuestros hijos.

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Este año la Sociedad Argentina de Pediatría ha actualizado la Guía para el seguimiento del desarrollo infantil en la práctica pediátrica a cargo del Comité de Crecimiento y Desarrollo. Estas han sido publicadas en la revista Archivos Argentinos de Pediatría 2017;115(3):304, donde está al acceso de quien quiera leer el artículo completo.

Hay algunos conceptos que me parecieron muy importantes remarcarlos y ampliarlos para la correcta comprensión de los padres. Están divididas en acciones destinadas a promover el desarrollo y a prevenir problemas del desarrollo.

Acciones destinadas a promover el desarrollo normal:

– Favorecer el apego madre-hijo: está comprobado que aquellas madres que amamantan, que levantan a su niño las veces que deseen sin temor a malcriarlos, promueven mayor ganancia de peso en sus hijos y mayor capacidad de adaptación a los diferentes estímulos que ofrece el ambiente donde se desarrollan.

– Fortalecer factores protectores:

lactancia materna: como he mencionado en otros artículos la lactancia materna favorece el vínculo madre-hijo, evita infecciones (otitis, diarrea, infecciones respiratorias problemas de alergia, etc), mejora el desarrollo intelectual de los niños, entre otras.

lectura de cuentos: favorece el vínculo, promueve la capacidad imaginativa del niño, favorece el desarrollo de futuros lectores en la adolescencia, amplia el vocabulario.

reducir el tiempo de exposición a las pantallas: esta es una de las metas que nos proponemos los pediatras en estos momentos. Estamos observando un retraso en la adquisición del lenguaje y pérdida de la capacidad lúdica imaginativa.

promover el juego: en todos sus tipos. Favorecen el desarrollo del lenguaje, la interacción social, el vínculo interpersonal.

facilitar la progresiva autonomía: a medida que el niño crece, proporcionar las herramientas y el espacio para que el niño vaya adquiriendo autonomía en sus tareas: que coman solo, orden de los juguetes, que se bañe solo, aseo personal, etc.

– Promover habilidades de crianza en los progenitores: lograr que los papás y las mamás logren una crianza de a dos, compartiendo criterios, respetando posturas, logrando establecer límites claros y concretos, dando espacio para que ambos papás pasen tiempo con su hijo, etc.

– Realizar la capacitación del recurso humano que trabaja en salud: este punto está vinculado con la capacitación médica contínua, logrando que los pediatras y el personal de salud, se actualice constantemente para lograr avanzar en los conceptos y modificar conductas.

– Recomendar el acceso del niño a la educación preescolar y escolar: se demostró que el ingreso a la escolarización a partir de los 3 a 4 años favorece el desarrollo social e intelectual de los niños.

 

Acciones destinadas a prevenir problemas del desarrollo a través de las siguientes intervenciones:

– Promover el control del embarazo (prevención de la prematurez, la anemia, la hipertensión gestacional, la diabetes, etc.): Está comprobado que la realización de al menos 5 controles en el embarazo favorecen a prevenir y disminuir la incidencia de problemas en el parto y la primera infancia

– Asegurar la vacunación completa del niño y la familia: Contamos con unos de los calendarios de vacunación más completos del mundo, con la prevención de importantes enfermedades. El no vacunar favorece la posibilidad de rebrote de algunas enfermedades severas que ya han sido erradicadas.

– Administrar ácido fólico a adolescentes y mujeres en edad fértil: está demostrado que la administración de 1 mg diario de ácido fólico desde tres meses antes de quedar embarazada hasta cumplir el primer trimestre del embarazo, disminuye los problemas del cierre del tubo neural: la presencia de mielomeningocele, entre otras.

– Capacitar a los profesionales y a la familia para la prevención de accidentes: este punto es muy importante. La prevención de accidentes es una de las medidas primarias más importantes a la cual padres y pediatras debemos estar muy atentos.

– Generar acciones de apoyo en grupos de alto riesgo social: lograr que aquellos niños que requieran atención especial por situaciones de riesgo social, accedan al sistema de salud y a la atención personalizada que necesiten.

– Reforzar aspectos ambientales que resulten estimulantes para el niño: posicionamiento adecuado (postura en supino para dormir y en prono en la vigilia), hábitos de lectura y juego: depende de nosotros, los pediatras y los padres el favorecen los vínculos sociales e interpersonales y el cumplimiento de pautas para una crianza saludable.

– Promover la prevención del embarazo no deseado en la adolescencia: instruir sobre una sexualidad responsable, dando las pautas de cuidados adecuados para la prevención de infecciones de transmisión sexual, la promiscuidad y el sexo seguro. Hablar sobre el respeto de las personas y sus tiempos en una relación sexual.

 

Si logramos trabajar en forma conjunta padres y pediatras, conseguiremos criar y formar niños sanos tanto física como mentalmente.

Y recordá, la salud de tus chicos comienza en vos….

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